miércoles, 17 de octubre de 2012

Pudimos soñar


Pudimos soñar
en los brazos de la tarde
sin detener la mirada
en ninguna parte
y me dio, por despertar

nunca vimos
como la alondra
resolvió su nido
en primavera

ni como el campo
agostado por el sol
rompió su queja
con las primeras lluvias

nos perdimos la mirada
de la reseca hoja
al caer la nieve

y no conocimos el llanto
que derramó la noche
sobre la rosa
la siguiente primavera.

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