martes, 3 de junio de 2014

Meditación


Amor que viene y va por mis vertientes
rompiendo con desgarradora voz
partes de mi consciencia
materia gris que se inflama
con el fuego de la noche
entre algodones y velas encendidas
que encantadas persiguen  mi perfil.

Rojos de sangre en mezcolanza
con sonido digital
que aturden mis sentidos
haciendo que mi alma se remonte.

Vacío mis ojos, dejándome llevar
por el aliento de mi boca
dormito en medio de parajes nuevos
viendo la Casa de Mi Padre
oyendo atónita, las llamadas que me hacen
mis hermanos.

Atravieso círculos de invisible Luz
espirales en geométrica perfección
y me sumerjo en un mar
de destellos ignorados,  pero vivos
rompiendo la noche
que quiere aprisionarme.

Observo sorprendida
el mundo que se abre
ante la mirada de mi Espíritu
y me dejo llevar hasta alcanzar el éxtasis
en la medida en que lo siento.

Vivo en comunión con el espacio
me fundo con el tiempo, que abre mi pasado
esa pesada puerta que retiene en latente espera
mi Presencia.

Mi Presencia....
oculta dentro de la cáscara que aparento  
ante los ojos, que al mundo ofrezco.

Más yo Soy y estoy
en ese instante mágico
que vive mi consciencia
ante mi misma  Esencia.

Suspira


Suspira en mi boca
latido de amor
que llega de tu vida
rompiendo los silencios
traspasando las ventanas
se acuna en mi lecho
y busca mi almohada

viene con el viento
la cálida palabra
“amada mía” y yo la escucho
temblando,
prometedora, acariciando
los tenues rasgos
de mi oscura quebrada

en los huecos de mis curvas
se posan silenciosos
los pájaros de fuego
que nacen de tus soles
radiantes y morenos
buscan palpitaciones
de muerte y de placer.

Pareces un sol


Pareces un sol
en medio de la noche
son tus ropajes Luz de Dios
y los pies
mármoles de Carrara

Tus ojos son relámpagos
que destellan vida
y la mirada tiene compasión

en las manos sostienes
el Sello del Reino
y en tu vida contienes
la cuadratura del universo

en tu rostro
está escrita la palabra
INMORTALIDAD
y en la espalda
los siete Rayos están

te rodea el halo
de los Santos que
te han descubierto
y el rumor de los Justos
que tomaron Tu aliento

se alzan las trompetas
de los seres
que cantan Tu Gloria
y las músicas de los mártires
que alcanzaron tu nota

así estás como el Dios
que triunfa y vence
al oscuro destino
para demostrar a los mundos
quien es el vencido

quédate así, no te muevas
que quiero retener Tu imagen
así es como Te busco
y como quiero encontrarte.

Llegará



Llegará a tus oídos
la voz que sale de mi alma
llamándote a gritos
más ya estaré muerta
en tu recuerdo
y la dejarás pasar
sin escucharme

y que poco valen
las palabras pronunciadas
sin eterna validez

como pequeñas parcelas
son,  que sembradas
no darán cosecha
asoladas por el fuego

leves arroyuelos
que sin lluvias
son secos
antes de llegar al mar

así de pequeños son
nuestros amores
si no saben vencer
la sal que los corrompe
en la sequía  se pierden
y no vuelven  a ser más.


Ven


Amado mío
ven a buscarme en la noche
con la luz de tus ojos
encerrada estoy
desde hace días
en la espuma del mar
cabalgue en la ola
la flor de tu boca
y tu risa retorne en el aire
cuando vuelva a pasar

ven, con tus manos
dolientes y tiernas
al mismo portal
cesaremos protestas
de nuestros Ancianos
y podremos así
sus penas callar.

A veces




A veces
cuando Te hablo
me asusto del fuego
que me consume
y me descubro
distinta

lentamente
voy descorriendo
el velo
que ocultaba mi rostro
y
me voy conociendo

y me pregunto
¿quien era antes
si no soy la misma?

Cantaré


Cantaré tus alabanzas, Señor
te cantaré una canción nueva
que te alegre el Rostro

en el Trono te reclinas y los cabellos
cernidos por corona de oro
ocultan el brillo de Tus ojos

no estés anhelante, no te preocupes
Señor y Rey mío
que mi corazón es tu siervo y la espada
está presta a salir de mi cinto

no Te entregues a la melancolía
por ver mí regreso tan lento
porque firme es mi pie y la espuela
ligera,  en el flanco de mi corcel

al viento le lanzo saetas
para que acudan antes que yo
señalándote mi llegada presta
volveré vencedora y no verán más
Tus ojos, la delgadez de mis miembros

robusta y vigorosa, como cuando partí
retorno, sin haber dejado mis carnes
sin desmembrar parte alguna
sin perder nada de la vida
que me diste.