Como
cervatillo, es mi Amado
cual fulgor
en la nieve, es su vestidura
viene a
mí, convertido en corzo
en ruiseñor y en amable galán
que
centelleando abre, de par en par
las
puertas de mi casa
vedlo,
desde Oriente llega
y mis
amigas me sonríen
cuando
lo ven llegar
de
dátiles y frutas exóticas
van
cargadas sus manos
con
aristocrático andar
va
subiendo las pendientes
de mi
ciudad
cuantos
lo ven pasar
admiran sus andares
calla la
bubilla
se silencian las aves
y se
consuelan en las colinas
las tórtolas …
es mi
Señor
como
mariposa posada en la flor
como el
murmullo del viento
al
socaire del terraplén
es mi Señor
como
jardinero feliz en su jardín.
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