martes, 23 de octubre de 2012

Ábreme esa puerta


Ábreme esa puerta, amado mío
donde pueda descansar
 al amparo de la noche
que la ciudad cierne sobre mí
sus puertas
y  siento frío, y estoy sola
y tú eres para mí
el amado amigo
que mi alma añora

abre para mí tu pecho
y recógeme en tus brazos 
que en ellos,  la ternura
yace sin nombre
dándole tiempo a las horas
y sentido a los instantes
hasta nacer la aurora
que busca el despertar

pon tu boca en la queja
que rompe
en mi garganta y el beso
 en el espacio
que enlaza nuestros cuerpos
hasta que tu calor llegue a mis huesos
y la fiebre a mis orillas

deja que busque en tus rodillas
la calma y el silencio
 hasta quedar dormida
que encienda su lámpara tu pecho
y así, descansaré tranquila.

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