Eres el cáliz
en que se derraman
todos mis afectos
la copa prodigiosa
que se llena
del néctar de los dioses
la maravillosa luz
que discurre por mi senda
Eres, Amor mío
el vino que me embriaga
Ni los vientos
ni las tormentas
pueden destruir
el sentimiento puro y nítido
que parte de mi alma
para descansar en ti
Tú, me llenas y me colmas
sin desfallecerme nunca
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