Ven amor
mío
a encenderme el
corazón
con la rama de un
espino
que yo sabré, perderme
en ti.
Con tu vuelo
serpentino
recorres mis formas y
te detienes
donde el frío de la
nieve
dejó su huella
marcadora.
Date prisa, amado mío.
Deja tu lengua
llameante
en medio de la alcoba
que retiene mis sueños perdidos
No te detengas, llama abrasadora
que recorres los
mundos
y ven a donde aguarda,
el alma nacida
que el fuego necesita,
para poder crecer
No faltes nunca del
hogar
que teje sus sueños
desnudos
al amparo de la noche
para luego perderse
tras destellos
infundados
y alumbra nuestros rostros.
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