¡Miradla!, hermanos
míos
ya sentó sus posaderas
en el Trono de la Vida
la Gran Ramera.
¡Mirad!, a sus pies
anidan
la víbora de la corrupción
la pitón de la deslealtad
el áspid del soborno
la cascabel del deshonor.
Ha extendido sus
garras
sobre los Diez
Soberanos
ya está oprimiendo a
sus hijos
los Estados.
Escupe por sus fauces
la Gran Mentira que
provoca
hambre, desolación
y condena sin perdón.
Ha llenado sus ojos
de un fuego desatado
a la Moral se ha
tragado
de un único bocado.
Ya está reinando
ocupada anda
ocultando sus tretas
Acabará su reino
cuando la espada de fuego
saje su garganta seca
y caiga su sangre
sobre sus libertinos
amantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario