jueves, 15 de noviembre de 2012

Himno al Sol


¡Oh Tú!, Sol,  rey del cielo.
Señor de la vida.
Tú, que has creado lo que existe
con tú presencia.

¡Oh Sol!, que recorres el horizonte
incansablemente
iluminando a tu paso
todos los caminos.

Te haces dueño de lo que has creado
te apoderas de tu creación
y la haces una, contigo.

Cuando tu majestad recorre el cielo
tus corceles cabalgan
en todas las direcciones
llegan a lo profundo
y van más allá, hacia el abismo.

Tu carro de fuego es tirado
por el Dios Viviente.
Te complaces en el mundo
porque tu eres ¡Oh Sol!
la presencia de la Luz.

En el meridiano de la tierra
marcas el límite, entre la luz
y tu enemigo
más vences al amanecer
en un baile
de acompasada bondad.

Por esa bondad
el poder de la sombra
es sacudido.
Por tu compasión
el corazón del malvado
se envilece
hacia el manso de corazón.

Haz que tu fuego caliente
nuestros espíritus, fríos
durante tu ausencia.

Para que la noche no sea precursora
de la oscuridad, otorgas a la luna
tu claridad
como señal eterna, de tu visita
permanente al mundo.

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