jueves, 15 de noviembre de 2012

Bajas


Bajas hacia mi Ser, envuelto
en la bruma del crepúsculo.
Anidando los rayos de Tus manos
en el centro de mi corazón
rompes, mi vórtice.

Encadenada estoy
al suspiro enamorado
que me enloquece de Amor
cual caballo desbocado,
laten mis sienes
y mis pupilas se encienden.

En mi silencio
se rasga más el velo
que me oculta Tu Rostro
y te presiento
más cercano a las estrellas
que a mi propio sol.

Camina hacia mi, Amado mío
que yo preparo tu lecho
entre azucenas blancas.
Tibias aguas, que desprenden
aromas de azahar
y murmullo de lumbre.

Entonaré con voz queda,  
bellas melodías
que te devuelvan a mí.
Sonidos celestiales
ascenderán por mis cuerdas
hasta el fondo de Tu boca.

No te detengas en ninguna Puerta
que hace veinte siglos
estoy esperando por Ti.

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