¡Oh amor!, que te
ocultas
en el rumor de una fuente
en el rumor de una fuente
en medio de la piedra
marmórea
de un cupido errante
o bien, donde sestea
al calor del sol, un
banco
ruinoso y carcomido.
Tú, te mantienes
furtivo
ausente a mi mirada de
angustia
sin importarte, mi inoportuna
presencia.
¿Por qué no te
muestras?
dime
¿Por qué no te
muestras?
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