Tu imagen viene a mí
coronada con los
triunfos
de mil batallas
adornada con oro
y con laureles
que te destacan allí
donde otros
vencidos se postraron.
Ni los dioses tienen
el rostro que te imagino
ni los héroes
guerreros infatigables
te hacen sombra
pués desfilas ante
ellos
con inusitado afán.
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