domingo, 28 de abril de 2013

Como la lanza


Como la lanza horada la carne viva
rompes tú mis llagas
avivando el dolor de la mañana aciaga
en que acudiste ante mi puerta
 
allí donde me encontraste, me dejas
más vacía … de nada
incluso, más muerta que viva
voy en lenta agonía
hacia el cerezo en flor, que coroné un día
cuando mis ojos estaban
desprovistos de vida.

Allí me dejaste
 
ante el muro de insalvable bruma
que ocultaba la pared de mi huerto
ante la tardía esperanza de mis huesos
cansados, hartos de implorar perdón
en medio de la desolación y la templanza
de la noche cálida, que aviva la escarcha
de la nieve oculta.
 
Allí estoy, y aún así, me siento
 
con  incalculable vértigo
de promesas incumplidas
intrépidas aventuras de cárceles y suspiros
e incontenida añoranza
hacia lo que más anhelo.
 
Y donde caí, llegué
porque no puedo ir más lejos
que a donde tú me has llevado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario