miércoles, 15 de mayo de 2013

Viene ya la Aurora


Viene ya la Aurora
que anuncia la Creación
precursora es  de la noche
en que nace un dios.
 
Ya clarea la mañana
de un Nuevo amanecer
sobre los mares y los cielos
y las estrellas, también.
 
Asoma por el Oriente
el resplandor de un sol
lo verán nuevas gentes
mejor, nunca existió.
 
Ya se reúnen los Patriarcas
en Cónclave y Concilio
para designar el nombre
que al Libro de la Vida
le dará nuevo título.
 
En lo alto del Monte
está clavada la Cruz
símbolo de eterna alianza
con el Dios Vivo y Creador.
 
Está todo dispuesto.
Profetas y Venerables
ofician ministerio y aguardan
la bendición.
 
Comenzará otra vez
a contar el tiempo
que gira su manecilla
en la esfera del reloj, porque
el de hoy,  ya se paró.
 
No verán mis ojos
la Tierra nueva
he de partir con el Amor
que la vida me donó.
 
Más yo te digo
Hijo eres de un Dios...
abre tus oídos
y préstame atención.
 
“Esta vida, sueño es
no tardes en aprender
que alcanzar la vibración
te conducirá a El.”
 
La Palabra vibra en el aire
y abre los cielos
se ensucia en el fango
y el agua la lava
se pierde en la Tierra
y el fuego la encuentra.
La Palabra es
de Dios, el Verbo Creador.

Mira


Señor, mira mis manos
encallecidas están
de tomar la azada
desbrozando mí campo
 
mira Señor, mis ojos
enrojecidos de sol
sucios del polvo
que levanta la tierra
 
mira mi frente, señor
los surcos que tiene
son noches de guardia
esperando la lluvia
 
Señor, mira mi espalda
encorvada por años
de caminar la siembra
apenas se levanta
 
Señor, mira mi boca
sigue lozana y fresca
porque te estuvo alabando
bendiciendo la faena.

Parte de Tus enseñanzas


Parte de Tus enseñanzas
han sido malinterpretadas
no pudieron soportar
el peso del singular.

Todo queda referido
a un único testigo
el Ser individual
y no, a toda la humanidad.

Si el hombre comprendiera
lo que querías decir
estaría en la escalera
que le conduce a Ti.

Más, si el hombre no entendió
cuando estabas junto a él
menos lo puede entender
con el tiempo transcurrido.

Tu mensaje hay que leer
con otros ojos y oídos
porque todo es, al final
lo que en el origen
fue al principio.

A la derecha


A la derecha de mi Padre
está sentado Mi Hermano
son los dos  un solo Ser
Presente y Pasado.
 
El Anciano de Días
tiene el Rostro cansado
el Joven le esta mirando
radiante su Faz
son dos Tronos ocupados
un tercero, por sentar.
 
El cielo se cubre de nubes
de la sombra nacen mil rayos
que van a Sus Manos, tocar.
 
Se hace el silencio….
 
Aparecen de pronto
corona de luz en sus frentes
veinticuatro Seres
Venerable Ancianidad
 
Van ocupando un sitio
por orden de antigüedad
en las doce sillas
a ambos lados del Altar

Un gran estruendo
llega del fondo del mar
el aire arremolina
vientos, lluvia y huracán

El Sol se tiñe de rojo
gira la tierra sin cesar
bajo la atenta mirada
de quienes antes vi pasar.
 
Luego llega la noche
de otro nuevo despertar.
 
“Escribe hija mía
-dice Mi Padre-
otro lo advirtió siglos atrás
antes que tú.
 
Mi Voz hoy
quiero volver a dar.
 
Esta tierra y este cielo
han de pasar.
Mi Palabra
siempre quedara.
 
Ahora vuelve a tu mundo
que Yo te he de guardar
hasta el último momento
que a Mi, puedas regresar.”

Fénix


Aún existe una nota
en la garganta
del pájaro agonizante
rayo de esperanza
que se alza como el Fénix
ante el fuego abrasador
que quema sus entrañas

como la gota de rocío
se tambalea en la flor, es
mi suspiro
antes de ser lanzado en pos
del viento que lo agita
y en las corrientes de  vida
que mueven mis labios
la nota perdida
sopla  a la gota
que a la tierra vivifica.
 

Pensando en ti


En tus ojos viven sueños
en tu boca mil deseos
por tus manos corren ríos
de placer y sentimiento


en tu pecho las hogueras
arden, vivas llamaradas
levantando piel y manos
incansables, que te buscan
y te guardan

vientre blanco, puro y cierto
canal de oro, en tus entrañas.
Aguas puras que se sacian
de la Luz del firmamento
 
corazón desalentado
mente inquieta, vigoroso
Espíritu de Luz, con alma presa
rompe tu celda, vuela
hasta alcanzar a las estrellas.

Dulzura

Dulzura, derrámate
sobre mis cántaros abiertos.
Con tu suave líquido
besas paredes de arcilla
en las cóncavas siluetas
en las formas internas.
 
Graciosa y lenta
bajas curvando tu néctar
bañando mi barro
penetrando sus poros
embriagando de aroma
las profundas arterias.
 
Cuando me entregue a la muerte
roza con tus labios de lava
la mortaja de mis huesos
sé tú, dulzura, la última
de todos mis alientos.